Por David A. Hirtz (Senador provincial UCR – JxC)
La pandemia que sufre el planeta entero ha trastrocado todas las certezas, costumbres y hábitos que la humanidad construyó durante décadas y que transitaba con confianza hasta solo pocos meses atrás.
El escenario mundial cambió tan rotundamente que todo parece navegar en aguas turbulentas, los liderazgos mundiales trastabillan, las Instituciones (empezando por la Organización Mundial de la Salud) parecen totalmente insuficientes para afrontar esta nueva etapa, mientras el multilateralismo mundial parece ir concentrándose en nuevas bipolaridades como la de China y Estado Unidos
Los politólogos creen que consecuencia de ello, África será una suerte de bomba demográfica que tratará aun más que antes de refugiarse en una Europa que ha roto el fuerte sentido de integración para tratar de salvar cada país, sus propias realidades.
En ese escenario América Latina aparece con escasas posibilidad de incidir para modificar ningún escenario futuro y dentro de ella nuestro país - ya en crisis antes del Covid19- parece transitar en la periferia de la consideración mundial. Sin crédito, sin reservas, con dilación en la toma de decisiones y desconectada de los países centrales, Argentina afronta esta etapa con mas dudas que certezas concentrando totalmente los esfuerzos en la cuarentena sanitaria sin que nadie pueda prever los caminos económicos y sociales que nos aguardan a la vuelta de la esquina.
Creo que es imprescindible en esta hora que el Gobierno convoque a los sectores sociales y políticos en toda su amplitud para incorporar a la mesa de los sanitaristas, a economistas, políticos, sociólogos, trabajadores, empresarios, etc. que nos permitan trazar en conjunto ante la gravedad de la hora un camino común de acuerdo federal, de acuerdo productivo y de acuerdo social.
Estoy convencido que la oposición y la sociedad toda mas allá de los criterios de cada uno se encolumnaría en estos momentos a trabajar en la búsqueda de esos denominadores comunes que nos permitan tener mas certezas y menos dudas sobre nuestro futuro.
Pero también es necesario decir que para que ello ocurra resulta oportuno que el Gobierno despeje dudas sobre temas de fondo, que también preocupan a la Sociedad. No parece éste el momento para hablar de modificar la Corte de Justicia, para liberar presos indiscriminadamente, para archivar causas judiciales de gran impacto político, para romper vínculos económicos con el Mercosur, hablar de una reforma judicial, para pensar en apropiarse de parte del capital de las Pymes a las que se ayuda económicamente y tantas otras medidas o anuncios que día a día enturbian la relación entre gobierno y oposición y entre el gobierno y la sociedad que no comprende la necesidad de estas medidas o anuncios en tiempos tan críticos.
La Argentina ha sido experta en desperdiciar oportunidades históricas. Esta reconfiguración del mundo es hoy un rompecabezas inconcluso. De nuestra inteligencia depende que también pueda ser una oportunidad.
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