Seguridad e inocuidad alimentaria en tiempos de pandemia

Desde hace un tiempo a esta parte, los requerimientos de alimentos en el mundo, especialmente de proteínas de origen animal, viene en aumento y las proyecciones paras las próximas dos décadas son auspiciosas. Sin embargo, la actual pandemia por Covid-19, modificó y aceleró el panorama.

En el contexto de Emergencia Sanitaria, los alimentos y quienes los producen, ganaron reconocimiento social. Los requerimientos de alimentos en el mundo, vienen acompañados por mayores demandas en cuanto a seguridad e inocuidad alimentaria y cuestiones que hacen a la responsabilidad social, medioambiental y al bienestar animal. De esta manera, los profesionales veterinarios están llamados a cumplir un rol fundamental como agentes de salud pública y garantes en los procesos vinculados a la producción de alimentos.

 

La pandemia del Coronavirus implicó e implica un quiebre en lo social, lo económico y cultural; dando un mayor énfasis a la producción de alimentos y otros bienes que provee la industria agropecuaria a la sociedad. La Comunidad percibió que la producción de alimentos es esencial; y que detrás del producto que llega a las góndolas, existe una amplia cadena de producción.

 

Tal lo señala el artículo “Impacto del Coronavirus en el Sector Agropecuario de la Argentina” del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el sector agropecuario, de acá en adelante, se convertirá en uno de los pilares más importantes para el sostenimiento de la economía argentina y la provisión de divisas. A tal punto que durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio establecido por DNU 297/2020, el Gobierno definió mantener activa la producción de bienes agropecuarios y de alimentos, así como su procesamiento, distribución minorista y comercio exterior. Esta excepción a la estricta prohibición de otras actividades económicas se fundamenta en tanto que las cadenas agropecuarias no pueden suspenderse, ya que resultan indispensables para la alimentación de la población y para la generación de ingresos de exportación.

 

En este marco se generaron protocolos para cada actividad con el objetivo que se desarrollen de manera correcta, a la vez que se proteja a los trabajadores involucrados en el proceso productivo. Las medidas sanitarias han logrado aplanar la curva de contagios y fallecimientos; y las actividades agropecuarias fueron, hasta el momento, poco afectadas; pero han sufrido distintas trabas derivadas de la circulación y de la aplicación de protocolos sanitarios que deben cumplirse, retrasando las tareas y aumentando los costos.

 

Específicamente, la pandemia afectó las exportaciones de carne vacuna de la Argentina, que habían comenzado una recuperación importante con China como principal cliente; y frenó la exportación a otros mercados tradicionales como Israel y países Europeos fundamentalmente. Por otro lado, la cadena porcina se encuentra con inconvenientes en la faena de animales y está generando problemas en las explotaciones que necesitan continuar con el proceso productivo.

 

En este contexto, desde el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires, resaltan el rol de la profesión, quienes son actores fundamentales, ya que se encuentran presentes en toda la cadena alimentaria, siendo responsables de la sanidad animal, de la seguridad e inocuidad de los alimentos. De esta manera, bregan por una sola salud, hecho concerniente a la salud pública tanto de los consumidores nacionales como internacionales.

 

Fuente: Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires

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