Solidarios ante la pandemia

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

El COVID-19 nos iguala a todos. Capitalistas, comunistas, socialistas, radicales, macristas, peronistas y toda su descendencia. Todos podemos estar expuestos a esta pandemia, aunque con distinta suerte, dependiendo de enfermedades preexistentes y/o edad crítica que tengamos. Por supuesto que hay que estar a la defensiva y hacer los deberes en temas de prevención.

 

El mundo está a la defensiva y, por supuesto, con distintos grados de medidas, algunas extremas y otras un poco más laxas. La globalización, esto de ser una aldea planetaria, interconectada, hace que esta pandemia se haya viralizado en lo físico y también en lo comunicacional, pues nos bombardea con noticias e imágenes generadas en las antípodas. Cada uno de nosotros palpita el tembladeral de los sucesos.

 

Si antes no lo habíamos experimentado, hoy debemos asumir la raigal condición de inseguridad, precariedad, transitoriedad de nosotros, los humanos. Sin embargo, lo que antes nos desunía, nos agrietaba, hoy, eso se vuelve endeble y casi superfluo, cuando está en riesgo la salud.

 

Al COVID-19, vulgarmente denominado Coronavirus, no se lo enfrenta con el pánico, ni con el miedo. Jorge Luis Borges, patéticamente, señalaba que la paradoja central de la existencia consiste en que al hombre le horrorizan la enfermedad, la vejez y la muerte y está condenado a las tres cosas. Pero nosotros, hombres y mujeres, podemos romper el cerco inexorable de nuestro destino religándose a través del apoyo, de la ayuda mutua y de la solidaridad.

 

Más que nunca necesitamos ser solidarios y no hablo de dinero. Me refiero a ser solidarios con nuestros semejantes en acatar todos los protocolos de seguridad que se bajen desde nuestras autoridades sanitarias y sin discutirlos. Los argentinos somos reacios a cumplir protocolos, aunque por un verdadero sentido de solidaridad hoy debemos comportarnos con lucidez. Al menos, una vez en la vida, hagamos algo sensato, maduro, por nuestros congéneres -sean cercanos o no-, porque toda existencia demanda altura de miras y procedimientos.

 

Ojalá podamos, después de muchos años de adolescente rebeldía y negadores de leyes, ser conscientes de la necesidad de seguir protocolos sanitarios que nos preserven de esta pandemia que viene afectando a muchísimos hermanos planetarios.

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