Densa niebla

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Su paso es lento y todo lo envuelve, poco a poco va cubriendo todo y nada parece quedar a la vista, dándole ventaja a muchos que lógicamente aprovechan la ocasión. El Coronavirus se ha posado sobre todos nosotros y entre exceso de información, medidas compulsivas, falta de empatía y un sinfín de cuestiones, esta gripe reforzada se ha quedado con todos los titulares.

 

Lo bueno de esto que tal como lo adelantábamos hace una semana atrás, será el último paro agropecuario, al menos en este insípido formato, donde absolutamente nadie, pareció percatarse de la medida, que quedó empañada no solo por el resfrío del mundo, sino porque a la vez, ni siquiera las propias filas tenían convencimiento de su efecto propagandístico, la excusa final que se terminó dando. Es necesario, urge y debemos exigir a la dirigencia, una verdadero plan de acción, para que las retenciones y el facilismo político de ponerlas y aumentarlas, tenga al menos un objetivo cierto que a la vez, al menos vuelva en algo hacia el sector.

 

Hoy tiemblan las bolsas, los mercados, la bendita soja, el boom ganadero, el consumismo, la inflación, la devaluación encubierta, la suba del dólar y cuánto se relacione a un globo, que se esconde detrás las paredes, inmerso en un estado de pánico, para muchos, muy conveniente en tiempos donde no hay nada mejor, que tener todos los titulares de portales y noticieros cubiertos con la distracción del rey de las virosis.

 

Así De Vido salió sin pena ni gloria, las jubilaciones de privilegio por ahora no se tocan y las otras tampoco, nada de aumentos si la población más sensibles –los de la tercera edad- pretenden ser atendidos, cuando la plata que les corresponde, debe ser puesta en cuestiones de salud. Claro, tampoco se habla de los oligarcas, de la soja, de aumentos, o de nada, todo es rasgarse las vestiduras en pos de salvaguardar la población.

 

Son tiempos de ver luz bajo tanta oscuridad inducida, esa misma luz que si como personas, como ciudadanos fueramos un poco más emáticos, quienes presentan síntomas, quienes pueden provenir de países más afectados, o aquellos que son futuros viajeros de placer, tuvieran la mínima deferencia de quedarse en sus casas hasta mejorar, o pasar la cuarentena correspondiente, o cortar sus placenteros viajes y no como delincuentes –desde el Italiano afectado que fue a Expoagro o algún vecino cercano conocido- pasearse por el mundo como si nada importara. Sin todos estos sujetos, nadie debería estar encerrado, pero por unos pocos idiotas, pagamos todos.

 

Habrá por lo menos 15 días por delante que la neblina nos llevará puestos a todos. Se mezclará lo real con lo que no lo es, el pánico con la prevención, el conocimiento con el fundamentalismo, la empatía con el egoísmo y sobre todas las cosas, los ventajeros de siempre con los que realmente intentan contra viento y marea, hacer de esto un mundo mejor.

 

Por ahora, para muchos, es sálvese quien pueda. Por lo pronto, imitando a los amigos Uruguayos, haremos algo más viejo que el mate mismo: si estás resfriado, si te duele la garganta, si viniste de afuera, toma mate solo, con corona, con aftas, con tuberculosis, con diarrea o con lo que se te ocurra. Pero por una vez en la vida, pensá en el que tenés al lado, tal vez algún día, puedas necesitarlo.

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