Una huella borrosa

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

En serio a esta altura nos vamos a pelear con Parrilli? Ya se olvidan que es un pelotudo, dicho por la propia jefa? O nos vamos a enfrentar a Grabois, un tipo que dice lo que dice, sabiendo claramente lo que genera porque no es justamente un gordito gil de pelo largo. El campo, parece no haber aprendido nada, o tal vez, sus dirigentes parecen no haberlo hecho.

 

El Kirchnerismo históricamente ha sido un movimiento confrontativo, “estás conmigo o sos mi enemigo”, ponerse enfrente de ello, es justamente lo que buscan, viven y se nutren de la confrontación, lejos de lo que el campo puede hacer. Por eso, el mayor error que puede haber cometido la dirigencia, es darle un oponente al que no lo tenía y a la vez, darle un oponente fácil, débil, dividido, sin una sociedad dispuesta, sin un solo objetivo por el que pelear.

 

Las retenciones dicho hasta el cansancio, son una confiscación atroz, improductiva y que solo impulsa a la menor inversión, algo que quienes la promueven, no tienen en cuenta ni se interesan porque el país produzca, progrese o crezca, solo ven y quieren ver, que quienes más tienen tengan menos. Es así, le guste a quien le guste, la ideología en cuestión tiene como único objetivo lograr la igualdad de clases, y la misma se logra, nivelando a todos. Claro, todos están abajo, por lo que es necesario que todos bajen para parecerse. Una ideología propia de una era paleozoica, plagada de mediocridad.

 

Por eso, la pregunta es: porqué el campo no renegó de las retenciones de Macri? Un error garrafal en un momento donde quienes gobernaban debían dejar clavado el mojón, de que un país, no se levanta nivelando para abajo, a otra parte del país. El campo no renegó tampoco del sinceramiento de las retenciones de Alberto en Diciembre, donde en definitiva, se acomodó el tipo de cambio para que las retenciones de Macri – lo subrayo- quedaran al nivel del dólar. Pero el campo –o solo una parte de el- reniega ahora por un 3%? Se esté del lado que se esté, no ver que se reniega tarde y mal, ya no tiene sentido.

 

Entonces? A los ganaderos –por ejemplo del Sudoeste bonarense que sufren la peor sequía de los últimos 10 años- no se les mueve un pelo, por este cambio impositivo. A lo sumo, habrá que ver como queda el tema retenciones de la carne y del hueso, pero no hay grandes cambios para todo lo que ya está mal. A los trigueros, lógicamente les pega el 2, el 5 o el 12%, porque es un cultivo extremadamente sensible a rentabilidades y a la vez –ahora además- se entra una vez más, en las miserias de una cadena, que se choca entre molinos, exportadores, panaderos, etc, todos siempre ganadores en las malas y en las buenas. Y qué decir a los girasoleros, que encima, se las bajaron?

 

Por eso, el paro agropecuario, es la clara muestra de todo un sector sin la más mínima idea, de cómo defender políticamente su sector y a la vez, entrar fácilmente a cualquier trampa ideológica que lo citen, sin tener una sola convicción u objetivo, por el cual pelear.

 

El camino del campo, es el camino de la sociedad, es el de batallar la política toda en su conjunto y libre de ideología para sumar adeptos, era la oportunidad histórica, de enfrentar al sector político millonario, con la sociedad en su conjunto. El camino del campo, era ser solidario pero de enserio, no con retenciones, sino con intenciones.

 

El camino del campo, en la Argentina, es como los caminos del campo: es una huella vieja, dividida y sin perspectivas de mejora. Como cualquier camino vecinal borroso, si seguís porfiando, seguramente no se llega a ningún lado.

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