Sin soldados y sin contexto

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

“Solo resta ponerle fecha”, aseguran desde Carbap a la hora de hablar de un paro de comercialización en protesta de la presión impositiva, de la falta de respuestas en cuanto a la definición respecto a las retenciones y en definitiva, en desacuerdo con estar de acuerdo. 

 

Las entidades no tienen absolutamente nada definido y así como alguna vez los unió el espanto, hoy los desunen las miserias de siempre, esas mismas que nacen en sus propios representados, con cada uno en el mayor de sus argentinismos, cada uno viendo lo de cada uno y el resto, es problema del resto.

 

No vale la pena ahondar las diferencias, de un campo diferente, que cada día es más diferente y que poco entiende a la hora de igualdades. Comparamos? Es difícil, sobre todo cuando se ven imágenes de productores europeos enojados, que no les tiembla el pulso a la hora de regar una plaza con estiércol, o derramar cientos de miles de litros de leche en las calles. Acaso quien podría decirles algo, si lo producen ellos, si lo pagan ellos y si encima, de ellos depende el resto para ser alimentados. Claro, además protestan porque les quitan subsidios, a nadie le cabe en la cabeza que podrían ponerle un impuesto –que no es tal- tan retrógado, como las retenciones. Se imaginan? Paris estaría en llamas y todos en silencio, por miedo a verlos más enojados.

 

El productor argentino revulsivo, murió en la 125, una lucha disfrazada de soja, que cuando quedó al desnudo, dejó una enorme grieta instalada, esa que permitió que después del patético “voto no positivo”, nadie alzara más la voz, mientras que los trigueros tenían cupos, los ganaderos con sequía- y Moreno mediante- se fundían y las entidades descansaban aturdidas de un triunfo inexistente. Para ponerle una lápida final, al momento de que Macri decidió retornar las retenciones, el cheque fue en blanco, sin pedir absolutamente nada a cambio.

 

Hoy más que nunca se navega a la deriva. No hay contexto para movilizaciones, la sociedad está golpeada por la economía y sin ganas de ser empática y simpática con nadie, la política en las antípodas y los productores, cada uno preocupado por lo suyo. Asambleas poco convincentes, a pura terapia de grupo y con dirigentes impulsados casi sin convicción, por un puñado de autoconvocados, que perdieron el resto de los dientes que De Angelis les puede haber dejado si de morder se tratara. Sin voz, sin cara, sin alma, esa es la definición actual de una Mesa de Enlace que debería replantearse, a quienes representan, cuando en realidad cada entidad, no pasa justamente por fortalezas internas en cuanto a sus dirigidos.

 

Diez años de nada, son el resultado de un campo que nunca se planteó seriamente, ser parte de algo más que la economía Argentina. Diez años de ausencia, son imposible de retomar en pocos meses, de hecho, son poco posibles de remontar. Rodeados de empresas repletas de compromisos, productores poco propensos a comprometerse con nada, son el sector perfecto para apretar sin miramientos a la hora de solidarizarse con una sociedad en desgracia.

 

Son otros tiempos, son otras necesidades, pero el gremialismo agropecuario, tiene cada día, sabor a viejo, sin ideas y lo peor de todo, sin productores con ganas de ser representados. Mansos, sometidos, temerosos, individualistas. El único cambio posible será el enojo, la pregunta es hasta donde será necesario el abuso. Cada uno tranqueras adentro, tendrá la respuesta.

Escribir comentario

Comentarios: 0