De vuelta la burra al trigo (segunda parte)

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Ustedes pensarán, de vuelta la burra al trigo, pero no me canso de asombrar del nivel de mentiras que acompaña a este Gobierno y a sus seguidores. También en otros momentos, hubo otros tan mentirosos como los actuales.

 

Nada me saca de las casillas que nos sigan tomando el pelo y mintiendo descaradamente, en la creencia de que todos somos unos imbéciles.

 

Una cosa es considerarse estratega -como así se lo cree el gobernador bonaerense- y otra cosa es ser un consuetudinario macaneador. Primero, no se puede decir que el anterior Gobierno dejó tierra arrasada sin sonrojarse, cuando los números prístinos de la caja habían sido certificados por la Escribanía General de la Provincia.  Tampoco -salvo que esté jugando al truco- se puede decir a los cuatro vientos que no se tiene el dinero para afrontar el pago de un bono, cuando la plata estaba. Y mucho menos, echar la culpa a la ex gobernadora Vidal por el bono, cuando éste había sido emitido por el gobierno de Scioli, hombre de su propio partido -¿o hay que decir, de su misma banda mafiosa?-. Y como si todo fuera poco, los maestros van a tener que resignar algo que le correspondía frente al silencio cómplice de un sindicalista impresentable como Baradel.

 

Miente, miente, que algo quedará…

 

¿Qué tiene que ver esto con el campo? Que también, siempre ha sido blanco de mentiras y ahora no será distinto… Los impuestos le seguirán llegando para que sigan haciendo su aporte “solidario”, y ni les cuento las retenciones, que a pesar de los cantos de sirena de que serán por tiempo limitado, se quedarán en el tiempo.

 

¿Hasta cuándo seguirán mintiendo los políticos, sindicalistas y líderes de organizaciones sociales e incluso Madres y Abuelas de Plaza de Mayo?

 

Mientras tanto, todos los nombrados se siguen llenando los bolsillos, ocupando cargos que no se necesitan y agrandando un Estado que pronto reventará cuando la Gallina de los Huevos de Oro, es decir nosotros, los tontos que pagamos impuestos, dejemos de hacerlo.

 

¿Será necesario una rebelión fiscal, para que se entienda que no sólo no hay que seguir contratando militantes en el Estado, sino que también se deben bajar el nivel de los sueldos que cobran? En un país vecino ya lo hicieron después de una gran revuelta… No hay   que llegar a ese extremo, pero un viejo dicho señala: “Cuando veas la barba de tu vecino cortar, pon la tuya a remojar”.

 

La mentira constante, la ausencia de una buena administración de los recursos públicos y la falta de una política fiscal seria, ajustada a las necesidades de un Estado eficiente y eficaz, son características que se vienen repitiendo desde hace mucho a esta parte. Este es el camino que nos lleva a mayor decadencia. Si no reaccionamos pronto, después no nos quejemos…

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