Desafíos de hoy

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

El doctor Emilio Satorre, profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires señaló que “los alambrados de nuestros campos tienen límites porosos hacia la sociedad”, para señalar que el viaje hacia el futuro de las empresas agroalimentarias estará condicionado no sólo por la cantidad, calidad e inocuidad de los alimentos que produzcan, sino también por la relación sustentable que tengan con las comunidades.

 

De allí que cuando nos cruzamos con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobados en la agenda global de las Naciones Unidas de 2015,  podemos denotar que muchos de ellos tienen puntos en común entre lo rural y lo urbano, y que si profundizáramos nos encontraríamos que son materia común de la sociedad toda sin discriminarnos en qué lugar estamos ubicados.

 

Veamos cuáles serían los objetivos comunes: Fin de la Pobreza; Hambre Cero; Salud y Bienestar; Educación de Calidad; Igualdad de Género; Agua Limpia y Saneamiento; Trabajo Decente y Crecimiento Económico; Industria, Innovación e Infraestructura; Reducción de Desigualdades; Ciudades y Comunidades Sostenibles; Producción y Consumo Responsables; Acción con el Clima; Vida de Ecosistemas Terrestres; Alianzas para lograr los Objetivos.

 

Para hacer realidad estos loables principios marcados por la Naciones Unidas no es necesario los fundamentalismos, sino la lógica marcada por el último de los puntos: Alianzas para lograr los objetivos. Nada más real.

 

Entonces, cada vez más las organizaciones de la comunidad debemos internalizar esta labor de interconexión, para dar más sustento a nuestro ecosistema.

 

Y si bien desde las organizaciones se viene haciendo una contribución significativa al alivio de muchos de los problemas descriptos, se hace más urgente  profundizar tales acciones con una estrategia que conlleve a renovar la mirada estratégica y la acción.

 

Recientemente, por ejemplo, AAPRESID cumplió 30 años y lo festejó –como dijeron-  “pateando el tablero” al lanzar el concepto de “Agricultura siempre verde”, un modelo que mejora la gestión del agua, disminuye la dependencia de insumos sintéticos, maximiza el secuestro de carbono a la vez que permite posicionarse como una agricultura capaz de mitigar el cambio climático.

 

Amigos, la historia nos puso acá y ahora. No son momentos de renunciamientos, sino de desafíos concretos ante un mundo de baldosas flojas.

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