Olvidar, el peor de los pecados

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

La espera sin dudas se hace larga, por más que repasemos el pronóstico, más allá que miremos mil veces el cielo, aunque nos preguntemos unos con otros repetidamente “cuándo va a llover”, si no quiere, no quiere.

 

En algún momento lo hará, tarde o temprano llegará la deseada lluvia que nos saque al menos momentáneamente de esta situación, porque nadie nos asegura de que tal vez, este período toque seco y allí, es donde las dudas se terminarán de despejar y comenzaremos a vivir otra realidad.

 

Y si no llueve? Lo dicho, es una posibilidad, trágica, dramática, impensada, pero posible. Tal vez una excelente oportunidad para replantearnos unas cuántas cuestiones que hace rato hemos barrido debajo de la alfombra. Es cierto, hay algo de morbo en esto, pero si de esta crisis hídrica no sacamos provecho, tal vez alguna vez –como ya le ocurrió a unos cuantos- sea tarde.

 

Lo cierto y que nadie podrá discutir, que por lo menos gran parte no hizo los deberes. Estos cinco o seis quizás, años benévolos, hicieron olvidar de qué lugar geográfico se trata nuestra zona, en qué lugar estamos produciendo. También es cierto, que no podemos compararnos con otros países ganaderos, pero por alguna razón, los Australianos que viven en semiáridos mucho más intensos, tienen dos grandes obsesiones: el manejo riguroso de los pastoreos, la promoción constante de los mismos y el acopio de reservas. Todo eso, por aquí, poco y nada.

 

Para muchos hacer rollos es caros, es un capital muerto sin uso, o bien otras formas de reserva, también onerosas. Tal vez con menos patas en el campo, la rentabilidad no es buena, pero desde cuando al campo le importan tus números? Esa pregunta, es vital, a la capacidad del campo, no le interesan los problemas de Iva, de ganancias, o de rentas. Es así de clarito.

 

Seguramente estarán aquellos que con buenas lluvias, vieron año tras año como sus rindes ganaban la carrera de convencional vs directa. Los problemas de resistencia, el cúmulo de enfermedades, etc, etc, hoy encuentran los cultivos de directa, resistiendo al amparo de todo el material acumulado y desde ya, el agua acumulada allá por Mayo, en esa bendita condición de no desnudar la tierra año tras año.

 

En el mayor extremo, también se desnuda la locura Argenta, de no poder sembrar sin créditos, algo impensado en el mundo y que aquí, no tiene más remedio que vender lo cosechado, para volver apostar las únicas fichas que podrán repartirse, tal vez con un nuevo gobierno y quien sabe, si bajo nuevas reglas. Por eso el otro gran pendiente, queda para aquellos que no se calzan a futuro y quedan expuestos a una comercialización, un precio y un mercado desconocido, sin al menos poner algún poroto del costo, a salvo de nuevas incertidumbres.

 

Y si no llueve? Tranquilos, va a llover, tarde o temprano, seguramente lo hará y lavará muchas dudas, resolverá problemas, ineficiencias, supuestas certezas de muchos que creen saberlo todo y lo que no saben es que han aprendido poco de todo lo mucho que ellos mismos, ya vivieron.

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