El cuento de la buena pipa

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

¿A quién de los que hoy peinamos canas no nos ha torturado con el “cuento de la buena pipa?

 

El tema era así: Uno preguntaba ¿Querés que te cuente el cuento de la buena pipa? Y si el interesado decía que sí o que no; entonces el otro le respondía: Yo no digo que sí o que no, digo que si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa… Y así seguía ese monótono diálogo hasta nuestra paciencia de niños se agotaba. De esta forma se jugaba o se juega con la paciencia infantil…

 

Ahora, si trasladamos este cuento a nuestra realidad política y social actual, también es jugar con nuestra paciencia de ciudadanos que desean trabajar y trasladarse libremente, tal cual lo garantiza la Constitución Nacional.

 

Viajar y trabajar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, desde hace mucho, se ha transformado en un ejercicio para cultivar la tolerancia y la paciencia. Y lo peor, es que ya es una cultura asumida, frente a los cientos de cortes de movimientos sociales, sindicatos, piqueteros, grupos que enarbolan tal o cual consigna. La protesta se ha transformado en un moderno cuento de la buena pipa. No importa lo que se les responda, esos mismos grupos vuelven a tomar la calle y ya han transformado la protesta en un nuevo deporte nacional, con el agravante de que no sólo bloquean, sino que no tienen consideración con el patrimonio público y privado.

 

Nosotros, que vivimos en el interior del interior, rara vez vemos o nos encontramos con estas protestas. A lo sumo quedan circunscritas alrededor de la  plaza central y es fácil eludirlas. Cada vez que algunos de nosotros tiene que viajar por razones de trabajo o no, a la ciudad de Buenos Aires, realmente sentimos que es una bendición volver a la tranquilidad de nuestro pago chico y qué decir si es al seno de nuestros establecimientos agropecuarios.

 

En síntesis, si bien el cuento de la buena pipa es universal y se lo expresa en numerosos idiomas y dialectos, yo creo que en la capital de Argentina ya lo han institucionalizado con el tema de las marchas diarias que se notan de lunes a viernes. Realmente es para alabar la paciencia y la tolerancia de quienes deben transitar y trabajar diariamente en esa gran urbe abandonada a su suerte.

Escribir comentario

Comentarios: 0