Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo
Las imágenes de los últimos días traen a escena recuerdos que en lo personal, quiero dejar en el pasado. La intolerancia, la grieta extrema, el discurso chabacano, el descaro, la agresión y sobre todas las cosas, la soberbia, son un pasado que tal vez deberíamos refrescar, no sea cuestión de que más que nunca, el árbol nos tape el bosque.
La cosa está fulera, es cierto, si vemos el día a día, es difícil encontrar una situación más compleja, en términos laborales, costos, salarios, tarifas, impuestos, etc, etc. Pero la sensación constante, que detrás de esa cruda realidad, es que no hay nada, es decir, es la realidad, no hay mentiras, es lo que es. Eso si, saliendo de lo micro, lo macro entusiasma: mercados abiertos al mundo, exportación sin frenos ni techo, producción en crecimiento constante, obras por doquier, autopistas en construcción, imagen de confianza al mundo.
Dos países, dos realidades y un pasado, tenebroso, conocido y retrógrado. En un principio parece difícil poder decidir, pero apenas hacemos el repaso, es tan pero tan funesto el recuerdo, que ni por asomo ningún productor debería pensar un segundo cuál es la alternativa de país que necesitamos, no solo nosotros, sino nuestros hijos.
Es cierto, cuando alguien tuvo que defender al productor de los exportadores que siempre se quedan con todo, la respuesta es, “unánse, es libre mercado, compitan” y la verdad no me gustó. Pero saben que, mucho menos me gustaba cuando el mercado no existía, cuando había cupos, cuando había Roes, cuando había un matón en la secretaria que decía a dedo quienes vendían, quienes exportaban y adónde.
El consumo está planchado, es el menor consumo histórico de carne de la Argentina, pero absolutamente nadie digita los precios en Liniers, hasta se acabaron las odiosas placas rojas donde se hablaba todos los días, si la hacienda aumentaba o no. China, Japón, Brasil, EE UU vs Venezuela, pacto con Iran y venta de cosecharas truchas para Angola. No se acuerdan? Angola, nuestro futuro exportador.
A veces la memoria es selectiva, pero no logro olvidarme de una conferencia de prensa hecha por un Secretario de Agricultura en Villa Iris: ante mi pregunta por las retenciones, la respuesta fue “de eso no se habla”, se levantó y un tal Domínguez, dio por finalizada la conferencia, porque un periodista desubicado, arruinó el reparto de fondos que venía a ofrecer. Claro, son otros tiempos, donde Ministros (guste o no lo que digan) atienden el teléfono, contestan wasaps, dan notas, no piden guiones para preguntas, o quieren que les cuente cuando la solicitud de una nota con algún presidente de Senasa, debía ir acompañada por una guía de preguntas a realizar?
La verdad, recordar hace fácil cualquier decisión, más allá de que el plasma sea difícil de cambiar, la heladera más dura de llenar o el crédito imposible de sacar. La verdad que si la propuesta es volver atrás, yo la verdad mejor paso. En las mismas, en las primarias o en el Ballotage, disculpen si hago política, pero para callar, yo siempre mejor Paso. Me van a encontrar ayer, hoy y mañana, diciendo lo que pienso. Para silenciosos, obsecuentes y sumisos, búsquese otro díal, en este, mientras José Luis tenga garganta y yo la jeta grande, van a tener que seguir bancándonos, escupiendo bien fuerte.
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