Sin Revolución

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Somos realmente libres? Tras un simple acto escolar la idea me quedó dando vueltas en la cabeza. De aquel imaginario de 1810, idealizando situaciones que quizás no fueron tales, la idea de una Revolución, de una libertad de toma de decisiones y de un país independiente, son parte de los interrogantes que 200 años después, todavía deberíamos replantearnos.

 

Los de hoy no son tiempos menos difíciles que los de ayer. Es cierto, no dependemos de un Rey a miles de kilómetros, pero sin embargo, la falta de libertad aparece a la vuelta de la esquina, en la casa de al lado, en tu cuenta bancaria, en cómo viven tus hijos o los míos, en el miedo constante.

 

En un país donde un 30% de la población es pobre, la libertad sin dudas es una quimera. Los subsidios por desempleo, por maternidad, por familia numerosa, los cargos públicos, estatales, y lo que fuere, son parte de una libertad prestada, donde nadie tiene absolutamente nada, salvo por imposición, en un derecho disfrazado que inventó la democracia. Cómo se puede ser libre en un país donde la corrupción dirige partidos, encabeza carteras, gobiernos, donde nuestro sistema político cree ser el dueño de todas nuestras decisiones y se toma el derecho y la arrogancia, de ponerse precio a sí mismo, con diputados, senadores, gobernadores, intendentes, todos futuros acomodados económicamente, gracias a todos nosotros, que ajustamos nuestros bolsillos día tras día, para que a ellos no vaya a faltarles nada.

 

La libertad no es tal si en este país, manda la droga, con pibes que se vuelan la cabeza ya no con una “línea” de las buenas, sino con un paco, con un pegamento, con toda una sociedad viviendo de espaldas porque sobrevive, intentando que el supuesto cambio, no se lo lleve puesto y lo deje en la calle.

 

Libres para qué me pregunto? Para que nadie respete una sola ley? Para que nuestros abogados, fiscales y jueces, solo se preocupen por garantizar los derechos de quienes infringen las leyes? Los jueces son libres, que viven ajenos a la realidad social, que tienen custodios, que viven en hermosos barrios cerrados, que manejan –si es que no tienen chofer- autos que valen fortunas. Y encima, ni ganancias pagan, porque ellos si son libres.

 

Tal vez en aquel entonces molestaba que las decisiones las tome un Español a la distancia, sin embargo aquí por estos días, hay un fondo monetario que nos da instrucciones, nos dice qué medidas tomar, qué debemos ajustar, quienes deben pagar un poco más y hasta por estos días, sugirieron nuevas retenciones, total, en un país sin libertades, porqué deberían decidir cuánto ganar, quienes producen para otros? Las retenciones al campo, son el más claro ejemplo de que el día 25 de Mayo, el campo no tiene absolutamente nada que festejar, pero en pos de hacer memoria del horror vivido durante el Kirchenerato, todos se someten, todos pagan y callan.

 

Vuelvo al acto del viernes, y veo cómo los niños concluyen su festejo recordando grandes próceres, soñando un país que ya habíamos soñado, pero que aún soñamos porque los sueños, siguen sin cumplirse, porque la pesadilla aún persiste y la Argentina parece no querer nunca ser un país realmente libre. La libertad no es una idea, es una acción a poner en marcha, es una decisión a tomar. Hay aún, una Revolución que duerme y que depende de cada uno de nosotros y que está en no aceptar, lo que no hay que aceptar. Tal vez llegó la hora, de hacer valer el derecho de pagar, de cumplir y de no deberle un peso a nadie. Esa al menos, siento que es mi única cuota de libertad, que en algún momento, deberíamos cada uno de nosotros, comenzar a ejercerla.

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