Jóvenes cooperativistas, el tesoro del mañana

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Mañana lunes, el movimiento juvenil agrario cooperativista organizado en torno a la Asociación de Cooperativas Argentinas cumple 75 años.

 

Si bien previo a 1944 habían comenzado a surgir centros juveniles en el seno de las cooperativas de base, las autoridades de ACA de entonces y alentadas por las sugerencias emanadas de sus Congresos Agrarios no dudó en reunir en la ciudad de Olavarría un Congreso Juvenil y, fruto de esas deliberaciones, da a luz su Declaración de Principios, a la vez que funda el Consejo Central de Juventudes Agrarias Cooperativistas de ACA, cuyo primer presidente fue el doctor Alejandro Sebastián Aramburu, integrante de la JAC local.

 

Esta trayectoria de siete décadas y medio “educando a sus miembros y cultivando la tierra” ha dejado infinidad de vestigios, y una mirada retrospectiva y actual nos permite encontrar testimonios elocuentes de esa labor en la dirigencia de las cooperativas, en las cuatro entidades que integran el Grupo Cooperativo e incluso en Coninagro. Tampoco escapa a esa acción de formación la participación en entidades de bien público y/o de servicio de las comunidades donde desenvuelven su labor.

 

Este conocimiento y saber hacer es fruto de la misión de “promover los valores y principios cooperativos, nucleando y brindando herramientas de capacitación y formación técnica, empresarial y dirigencial a los jóvenes agrarios”, para que sean “líderes en creación de nuevos espacios de contención y desarrollo cooperativo para la inclusión y formación de jóvenes involucrados en el  sistema agropecuario argentino”.

 

La organización juvenil –al igual que ACA- no se quedó suspendida en el tiempo sino que ha venido mutando acorde a los cambios que se van posicionando no solo desde el punto de vista tecnológico, sino también en la sociedad rural y urbana. De allí, el nuevo concepto ACA Jóvenes relacionado con la identidad, buscando integrar de manera horizontal a todos los jóvenes que deseen participar del movimiento.

 

Este aniversario debe dejar reflexiones, sobre todo porque su labor no siempre es advertida y tomada en cuenta en el seno de algunas cooperativas de base. La participación, la comunicación y la preparación de la juventud en el ámbito de las entidades cooperativas es el punto diferenciador a cualquier otro sistema presente en la sociedad. A los jóvenes hay que invitarlos a transformar la realidad actual, porque la cooperativa de hoy ha superado a la de los fundadores y tampoco es la que se necesitará en el futuro.

 

Sin lugar a dudas, la renovación intergeneracional tiene que ser consensuada y paulatina: hay que nutrir a los jóvenes de la experiencia de los que ya tienen varios años en la gestión y proveer a éstos de la fuerza y de las nuevas ideas que poseen los jóvenes.

 

Ante este 75° Aniversario, y recordando a jóvenes comprometidos de la talla del recordado Carlitos Bories –por nombrar a una figura emblemática de la región y alcanzando en él el homenaje a todos los dirigentes juveniles de ayer y de hoy- me hace decir emocionado: ¡Arriba los jóvenes agrarios cooperativistas!!!

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