Por josé Luis Ibaldi - Mañanas de Campo
Allá por el programa 299 escribí una columna cuyo título era: “Referentes”, haciendo alusión a los conceptos esgrimidos en un libro de su autoría por un abogado y periodista paraguayo.
Señalaba en esa oportunidad algunas afirmaciones del doctor Benjamín Fernández Bogado, como ésta: “Una de las muestras más patéticas de confusión y desencanto es la falta de referentes. Referente es aquel que nos muestra la dirección de los tiempos, es el que tiene la capacidad de proyectarnos hacia el futuro, de comprender el presente y de transformarlo en oportunidad. Referentes es aquel que nos dice cuál es la mejor manera de vivir, en armonía, con valores y principios sólidos”
Después de volver a leer esta definición, la realidad argentina me indica que acá tampoco tenemos muchos referentes. Basta abrir el Tweeter para darnos cuenta que en este tema ya no existe grieta en nuestro país sino tierra arrasada, y muchos comienzan a reaccionar y a denunciar.
El constitucionalista Daniel Sabsay abre el día viernes 5 escribiendo en el tweeter algo que para algunos parece naturalizado: “Nuevo día, nuevos prófugos. Los procesos duran décadas y la justicia muestra su incapacidad o complicidad para buscarlos por la fuerza pública y exigirles que cumplan la ley. No cabe duda que tenemos dos justicias, la de los poderosos y la de los ladrones de gallinas”
Por su parte, Horacio afirma: “La decadencia del Poder Judicial es aterradora. Hace 34 años logró juzgar a las juntas militares que habían asesinado a miles de personas y robado bebés. Hoy no puede (o no quiere) con una señora de 66 años, una millennial psicobolche de salud frágil y un carnicero excedido en peso”.
Para la Lic. Traviata “la Justicia argentina no es ciega. ES CÓMPLICE”. Mientras tanto, un tal Pepe Grillo advierte: “No voy a cerrar ninguna grieta mientras todos los que robaron, patotearon y destruyeron el país durante 12 años no vayan presos y devuelvan hasta el último centavo afanado”.
El tango visionario “Cambalache” ya lo dice: “Vivimos remolcaos en un merengue y en el mismo lodo todos manoseados”.
Sin embargo, no debemos quedarnos con esto y debemos reaccionar vivamente. De allí que el doctor Fernández Bogado nos insiste en que “la construcción de referentes es una tarea de todos. Debe venir del corazón de una sociedad nueva que entienda y que valore qué es aquello que vale la pena estimular. La sociedad debe proyectar esas referencias en su lenguaje, en su trato cotidiano, en su manera de escoger a sus líderes. Debe entender que la cuestión de los referentes, de aquellos que alumbran más que deslumbrar, es una tarea larga pero recompensante”.
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