Imaginar la película

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Generalmente, vivimos con la sensación de estar inmersos en una vorágine de cambios vertiginosos; pero en el momento de tomar decisiones de mediano plazo, casi no destinamos tiempo a entender cómo va a cambiar el contexto hasta que esa decisión tenga impacto. Invertimos mucho esfuerzo en intentar analizar la foto, y casi nada en imaginar la película, es decir, qué va a pasar hacia adelante, nos señala –palabras más, palabras menos- con mucha experiencia, Santiago Bilinkis, un destacado emprendedor y tecnólogo, autor de un libro muy recomendable: “Pasaje al futuro”.

 

En otro párrafo de su obra, el autor nos recuerda que “los humanos somos animales de costumbre. Tenemos una gran capacidad de aprender cosas nuevas, pero también un apego a aquello que ya aprendimos. Y una vez que algo se nos vuelve hábito, cambiar nos resulta sumamente difícil”. Por eso recomienda abrazar el cambio como filosofía de vida y reinventarnos para sobrevivir.

 

Estos conceptos nos deberían ayudar a replantear nuestra zona de confort en la que estamos inmersos. Nuestra vida personal, nuestra empresa, nuestra sociedad, ya no es viable negando una realidad insoslayable. No podemos seguir remando en contra de la corriente, oponiéndonos a cambios que ya están instalados. Las ideologías se han vuelto inservibles, porque transforman el pensamiento y a nosotros mismos como una commodity, como un recurso indiferenciado, estándar y previsible.

 

Debemos empezar a desaprender y reaprender. Debemos desaprender a que todo sea una proyección del pasado y tener el arrojo de tomar decisiones imaginándonos la película y no la foto actual. Debemos desaprender que gestionar es multiplicar inercias para aprender a explorar e innovar mejor. Un ejemplo práctico de esta concepción comenzó hace muchos años cuando un grupo de productores y técnicos se decidieron a desaprender y reaprender lo que estaban haciendo en materia de labranza e iniciaron el sistema de Siembra Directa.

 

Desaprender y reaprender es un ejercicio personal e intransferible, nos recuerda el consultor Xavier Marcel, para afirmar que “la formación puede ser colectiva, pero el aprendizaje es algo individual. La formación es cómoda, el aprendizaje es esforzado y el desaprender, más duro todavía”.

 

En la medida que logremos desaprender viejas y anquilosadas costumbres e ideologías, propias de nuestro ser “argento” –como siempre nos recuerda el conductor de este programa-, es probable que aprendamos a distinguir con claridad nuestro presente y nuestro futuro. Sobre todo, a no enamorarnos de la foto, sino hacer un esfuerzo para imaginarnos la película y actuar en consecuencia.

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