Con rumbo fijo

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo.

"Si un día le da por cantar trate de hacerlo solito, aprenda del pajarito que canta por ser cantor, pero sepa que la flor primero fue capullito. Trate de ser llegador con palabras decidoras, las cosas más entradoras son las que el pueblo comprende y sepa que no se vende la idea que se atesora. Si quiere ser hombre libre, cante por la libertad…" son estrofas de lo que para mi ha sido la guía espiritual de este camino periodístico que hoy nos trae a esta casa.

 

Parafrasear al Pampa de Huanguelén, es recurrir a las fuentes, es buscar en uno mismo los años de soledad que el estudio te regala, en ese crecimiento interior, que ganado en horas de volar alto con la mente, te proyecta a caminos impensados. Por eso, llegar a estos micrófonos para nosotros es una gran satisfacción, pero que no representa mucho más que lo que hacemos. Créanos, no es por soberbia – a esta altura ustedes nos conocen, el camino habla por nosotros – pero sea aquí o en donde sea, simplemente el aire, abre nuestra matera imaginaria, a la que todos están invitados. Y con esa matera, arrancó el sueño.

 

Cada palabra, cada crítica, cada opinión, nace de las vísceras de cada uno de nosotros, o acaso alguien cree que es posible torcerle la opinión a un tal José Luis Ibaldi? Ni pierdan el tiempo, es querer ponerle un poncho a un potro viejo y salvaje –y perdón Pepe porque la única manera de describirlo- pero a esta altura de la fiesta, hay cosas que por suerte ya no cambian y ese, es uno de nuestros grandes orgullos. Si usted quiere discutir de radio de puro gusto, atrévase unos minutos con nuestro Productor-Escribano, lo invito. Le va llevar una pava entera, convencerse que el hombre, respira radio y simplemente lo tendrá que escuchar para aprender. Nació con la radio en la oreja, transita cuánto dial exista en el territorio, conoce como nadie cuándo algo sale mal. No es fácil, el primer crítico está acá adentro, el enemigo duerme en casa, por eso no tenemos miedo a equivocarnos.

 

Hasta aquí seguramente vienen cómodos, porque si había algo que nos faltaba para que no nos importe nada, fue convocar hace 15 años a un tal Sierra. Puteado como ninguno, criticado como nadie, pero no se le mueve un pelo. Esa es la convicción del que estudia, del que está forjado en miles de horas de mapas, satélites, publicaciones, disertaciones y sin embargo, a la hora de una cerveza con amigos, es un filósofo empedernido, un luchador de mil batallas.

 

Nadie se la lleva de arriba en este espacio. La guardia imperial tiene la retaguardia imposible de flanquear, no por su físico o por su semejanza a un pilar Maorí, sino porque nació para esto, en su ADN hay más hebras de comunicación que de cualquier otra cosa. Pero a eso súmenle, conocimientos agronómicos, de campo en el campo, pasión ganadera y un corazón que se nos sale por la ventana, así de grande lo tiene mi gran amigo Gustavo Almassio.

 

Cuatro pilares desparejos pero tirando juntos, salieris de Néstor Angel Barbieri, aquel que con su Jineteando, intentaba unir lo más criollo, con lo técnico, las raíces con el fruto a cosechar, con un formato serio pero desacartonado, técnico, sabiendo lo que decimos porque estamos en la noticia, nosotros la generamos  y quizás y sin querer – como dice un tal Leon – le cantamos melodías a él.

 

Enemigos no tenemos y si los hay, no han tenido quizás la valentía de declararse como tales. Porque aquí, se reúne un grupo de amigos, domingo tras domingo a contar ni más ni menos lo que hacemos en la semana. Respirar campo. Esto somos, amigos invitando amigos cada semana, a sumarse a esta gran familia, a componer un espacio donde se hable a calzón quitado de lo que hay que hablar, sin vergüenza, sin condicionamientos, con mucho amor y respeto y sin tranzar una pisca de una línea repleta de convicciones.

 

Abra los pulmones, acerquen los oídos, ensillen una vez más el mate y simplemente los invitamos a disfrutar como nosotros, de nuestras Mañanas de Campo.

Escribir comentario

Comentarios: 0