Villa Iris: el día en que un tranquilo pueblo bonaerense tomó las calles

Por primera vez en la historia, los vecinos ya hicieron tres marchas.

Repudiaron la presencia de Gustavo “Lagarto” Ravainera, condenado

por el crimen de Horacio Iglesia y Victoria Chiaradía, ocurrido en 2000.

Piden que se revoque el beneficio de la prisión domiciliaria.

La angustia se percibe en el aire. La lluvia de los últimos días acompañó el ánimo gris de los villarinenses y su consternación por una presencia indeseada: Gustavo “Lagarto” Ravainera, condenado a cadena perpetua por los crímenes de Horacio Iglesia Braun y María Victoria Chiaradía, cometidos en agosto de 2000.

 

El condenado llegó a la localidad luego de que el juez Claudio Brun le otorgara el beneficio de la prisión domiciliaria por cuestiones vinculadas a su salud —según los peritos, está en la fase terminal de una enfermedad oncológica— y se instaló en la casa de su hermana, quien no es oriunda del pueblo, sino que llegó hace más de 10 años desde Coronel Suárez.

Gustavo “Lagarto” Ravainera (der.)

La convulsión fue inmediata. El repudio se hizo sentir en las redes sociales. Circularon los comentarios en contra, expresiones de temor, bronca y desconsuelo.

 

Muchos confesaron el terror que les causaba tener a un personaje de estas características cerca de sus hijos y nietos, ya que vive a 200 metros de un jardín y a 250 metros de la escuela primaria. Los sentimientos negativos fueron creciendo hasta que los vecinos decidieron unirse para hacer algo inédito: marchar para pedir que se revoque el beneficio y el asesino vuelva a estar tras las rejas. 

 

“Nunca en la historia del pueblo tuvimos una marcha, y ya van tres. Estamos consternados”, dijo el delegado comunal, Aníbal Haritchabalet, nacido y criado en Villa Iris, y con 34 años de trabajo en la comuna.

Frente de la casa donde reside El Lagarto.

“Además de la función  que estoy cumpliendo, soy uno más de los vecinos del pueblo. Todos tenemos hijos y nietos. Uno no sabe. Esperemos que no pase nada. Mató a dos inocentes y los acribilló a quemarropas; pobres chicos. No lo queremos en el pueblo. Estamos siendo noticia por este personaje y no por algo grato”, agregó. 

 

También comentó que Ravainera atendió personalmente a un medio de comunicación de Puan en su casa. “Le abrió la puerta a un periodista. Es decir, no está acostado en una cama y no se puede mover. La gente lo ha visto en el patio”, dijo.

 

“No estamos acostumbrados a esto. Reclamamos para que se vaya este asesino. Las familias de las víctimas van a apelar y tengo fe de que vuelva a la cárcel”, expresó.

 

Las marchas ocurrieron el miércoles, jueves y en la víspera. La gente caminó bajo la lluvia con carteles, en una postal inimaginable para un terruño de paz inalterable.

Los vecinos tomaron la calle.

Lisandro Koller, presidente del Concejo Deliberante, contó que desde el cuerpo tomaron conocimiento del caso cuando Ravainera ya estaba instalado en la localidad. “Automáticamente, el asesor letrado del municipio, junto con el intendente, se comunicaron con el juez de la causa”, afirmó.

 

“Les dijo había hecho todo el procedimiento a través de la Ley de Ejecución Penal y, debido a la enfermedad terminal que padece el condenado, debía ser trasladado a un domicilio particular. Y tenía asentado el domicilio de la hermana en Villa Iris”, comentó Koller.

 

Otro problema se generaría en caso de que el condenado tuviera que ser atendido en el hospital local. “A partir de su enfermedad (de Ravainera), somos conscientes de que el Hospital Municipal no cubriría las expectativas si él  tuviera una recaída y requeriría custodia interna y externa para trasladarse. Esa custodia afectaría a nuestro personal policial”, manifestó.

 

El petitorio 

 

La gente escribió una carta dirigida a Koller, con copia al juez Brun. “Todavía no llegó al Concejo, pero le daremos tratamiento. Pediremos un informe y lo que podemos hacer es una resolución manifestando el descontento popular para que el  juez revea la decisión”, dijo Koller.

 

Señaló que los ediles acompañan a los vecinos en este momento difícil ante una situación atípica para un poblado tan sereno del interior. “Nuestro rol es estar cerca de ellos, llevarles la paz y tranquilidad  y tratar de buscar todas las alternativas posibles para que el juez revea la situación”, indicó.

Lisandro Koller, presidente del CD.

En caso de que Ravainera fuera visto fuera del radio que le fijó la Justicia, existe la figura de testigo protegido, con reserva de identidad. “Se hace un llamado a la fiscalía, o a la policía, y el testigo puede ser trasladado a declarar con ciertas precauciones”, dijo.

 

El intendente de Puan, Facundo Castelli, aseguró a La Nueva. que la comuna va a acompañar el pedido de la población (NdR: que Ravainera regrese a la cárcel) ante el juez, en conjunto con el CD.

 

“Ni bien supimos de la situación, nuestro asesor legal se acercó al juzgado y le transmitió mi preocupación al juez. Queremos que se analice la posibilidad de revertir la medida, ya que altera la tranquilidad de nuestro pueblo”, manifestó.

Facundo Castelli, intendente de Puan.

Mientras tanto, aclaró, se pedirá que la Justicia garantice el “efectivo cumplimiento del arresto domiciliario” para la tranquilidad de los habitantes. “Por supuesto, siempre nuestros reclamos respetan la independencia de poderes”, indicó Castelli.

 

El comisario inspector Juan Carlos Jaime, jefe de la Policía Comunal de Puan, aseguró que la protesta que llevó a cabo la comunidad fue pacífica.

 

La gente partió desde la exterminal y dio una vuelta por la plaza local. Se evitó pasar por la casa donde vive el condenado para no generar eventuales inconvenientes.

 

¿Con o sin tobillera?

 

Jaime aseguró también que Ravainera tiene que permanecer en su domicilio y que su radio de acción lo establece la tobillera. “Está monitoreado por el Servicio Penitenciario. Si supera el límite establecido automáticamente se nos alertará”, dijo.

 

Indicó que se realizará el patrullaje en forma continua y que cualquier situación anormal que surja se anoticiará a la Justicia.

 

De todos modos, no son pocas las versiones que indicaron —en las últimas horas— que la tobillera le fue colocada a Ravainera en la antevíspera, en el domicilio donde permanece junto a su hermana. Es decir, que habría estado mas de una semana sin la tobillera en Villa Iris. 

Caminata por la localidad de Villa Iris.

“Darle el arresto domiciliario es una decisión de la justicia y no me corresponde cuestionarla pero, obviamente, como ciudadano me pongo en el lugar de la gente de Villa Iris. Es una situación que pondría incómodo a cualquiera”, dijo.

 

“Nosotros debemos velar por la seguridad , para que no haya ningún tipo de situación que ponga en riesgo ni a Ravainera ni a ningún ciudadano de aquí”, concluyó.

 

El caso y la causa

 

Aquel sábado 26 de agosto de 2000, Horacio Iglesia Braun, hijo del comisario  Héctor Iglesia, partió en un Chevrolet Corsa para ir al cumpleaños de una amiga y, pasada la medianoche, salió a buscar a su novia, María Victoria Chiaradía, para ir al cine. Nunca llegaron.

 

A las 5, la mamá de María Victoria recibió el llamado de su hija, quien además de informarle que llegaría más tarde le pidió que les avisara a los padres de Horacio.

 

Los jóvenes fueron secuestrados y llevados hasta Tornquist y luego a un monte cercano a Coronel Suárez, a 133 kilómetros de Bahía Blanca. Fueron asesinados de dos balazos en la nuca. Los cadáveres fueron hallados por un puestero del lugar. El auto apareció en la zona de General La Madrid, a 135 kilómetros de Bahía Blanca. Lo encontraron el martes posterior a la desaparición en otro camino vecinal, de tierra, cruzado al punto de impedir la libre circulación. 

María Victoria Chiaradía y Horacio Iglesia Braun.

El Tribunal en lo Criminal Nº 3 de nuestra ciudad condenó —en 2009— a perpetua a Gustavo Javier Ravainera al encontrarlo culpable de los crímenes.  Se lo consideró reincidente por haber recibido una condena anterior, en la que había sido sentenciado por los delitos de estafas reiteradas, producto de adquirir, entre el 5 y el 14 de octubre de 1999, un camión, una camioneta y una moto, con cheques sin fondos.

 

En aquella ocasión, el juez Raúl Guillermo López Camelo, quien votó en primer término y contó con la adhesión de sus colegas Alejandro Salvador Cantaro y Gabriel Luis Rojas, se manifestó convencido de que Lagarto Ravainera fue el ejecutor de los disparos que terminaron con la vida de los chicos, y reconoció que “tal vez el detonante de las muertes nunca lo sepamos”.

 

Ravainera fue el único condenado de los tres acusados por el doble homicidio, ya que el Tribunal entendió que la endeblez de las pruebas reunidas contra Gustavo Enrique Aguilar (45, al momento del fallo) y Héctor Hugo Fernández (44) originó una duda que por imperio legal debió favorecerlos, concluyendo en la absolución de ambos.

 

Claudio Brun, a cargo del Juzgado de Ejecución Penal Nº 1, fue quien dictó la resolución que le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria. 

Claudio Brun, del Juzgado de Ejecución Penal Nº 1.

“Le vengo rechazando cuatro o cinco prisiones domiciliarias", explicó Brun.

 

"No es la primera vez que fue solicitada, pero en ese marco de pedidos que me hizo se le ha detectado un cáncer pulmonar en estado avanzado y los informes de seis médicos indican que el ámbito carcelario, de encierro, no es propicio para el estado tan avanzado de la enfermedad. Está en la etapa terminal; esas son las palabras que han utilizado”, concluyó.

 

Cuchán, en Monte Hermoso

 

Una situación similar a la que hoy atraviesan los vecinos de Villa Iris, vivió la localidad de Monte Hermoso, en abril de 2011. Fue cuando se radicó Pablo Cuchán, el asesino de Luciana Moretti, joven a la que mató, descuartizó y asó en la parrilla de su vivienda de Ingeniero White el 16 de octubre de 2004. Lo hizo tras obtener la libertad condicional. 

 

Tras rechazar el pedido de liberación en varias oportunidades, el Tribunal, en fallo dividido, le había otorgado la excarcelación en abril de 2016, ya que la sentencia del caso Moretti aún no está firme y el Servicio Penitenciario calificó con 10 la conducta de Cuchán como interno. 

 

En aquel momento, los familiares de Katherine Moscoso, joven que fue hallada en los médanos sin vida en 2015 —y cuyo caso aún no se resolvió— encabezaron el repudio ante la presencia de Cuchán.

 

Wanda Banegas, prima de Kathy, revivió ese momento. “Decidimos hacer el repudio junto con Antonella, la hermana de Luciana Moretti y parte de la familia para hacerle saber que no estábamos de acuerdo con que Cuchán estuviera suelto”, recordó.

Pablo Cuchán, persona no grata en Monte.

“Fuimos a la casa para demostrarle que no estábamos de acuerdo. A nosotros, que ya vivimos algo así y seguimos buscando justicia para Katherine, nos cayó mal; muy mal. Nos pareció injusto que liberen a alguien que descuartiza y quema a otra persona. No está bien para nada, no cumplió con la condena, por más que salga a decir que la cumplió”, opinó.

 

“Claro que su presencia nos da inseguridad. Es una persona peligrosa. No lo digo yo, lo dijo un especialista. Es una persona que lo puede volver a hacer. No estamos seguros, ni con él ni con los asesinos de mi prima sueltos”, añadió.

 

Cuando Cuchán llegó al balneario, los concejales de ambos bloques, PJ-Frente para la Victoria y Cambiemos, votaron por unanimidad la resolución Nº 404 que lo declaró persona no grata. La resolución se presentó ante la Justicia para solicitar la modificación de su residencia en la localidad. (La NUeva)

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