Día de la Tierra

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Hoy se conmemora el Día de la Tierra, apuntando a construir un medioambiente saludable y sostenible, además de abordar la cuestión del cambio climático y proteger el planeta para las generaciones futuras.

 

La efeméride mundial es una iniciativa impulsada en la década de 1960 por el senador demócrata estadounidense Gaylord Nelson, un abogado comprometido con la defensa del medioambiente.

 

El filósofo Francis Bacon señalaba que “no se vence a la naturaleza, sino obedeciéndola”. Esta sentencia no ha caído en saco roto en muchísimos productores agropecuarios y técnicos argentinos, pues desde hace mucho tiempo vienen incorporando plenamente una nueva actitud frente a la evolución de las especies y los ecosistemas, en el convencimiento de intentar lograr el delicado equilibrio entre las necesidades sociales de la población y el cuidado de la naturaleza.

 

En nuestro país, el sistema de producción adoptado por buena parte de los agricultores se basa en la siembra directa; la rotación de los cultivos; la fertilización estratégica y balanceada; el manejo integrado de plagas, malezas y enfermedades; el uso responsable de los fitosanitarios y de las tecnologías en general, es decir lo que habitualmente se denominan “Buenas Prácticas Agrícolas”.

 

La combinación de estas prácticas y tecnologías apunta al logro de una agricultura eficiente y de alta productividad y por ende capaz de responder a las necesidades sociales y económicas, atendiendo a los principios del desarrollo sustentable.

 

Una práctica fundamental para el cuidado de los suelos es la rotación de cultivos, es decir la alternancia de la siembra entre soja, trigo, maíz, sorgo y cebada, entre otros cultivos. A juzgar por entendidos en esta materia, “la rotación de cultivos, aportando diversidad e intensidad según los ambientes, es clave para la apuesta a la sustentabilidad”.

 

Argentina, en el contexto del planeta, es uno de los países que produce el sustento anual para aproximadamente 300 millones de personas, contando con capacidad natural y social para elevar esa producción a lo requerido por 500/600 millones de personas, unas once veces la población del país.

 

En síntesis, en el Día de la Tierra se aspira a que el hombre se transforme –tal cual lo indica AAPRESID- en un “jardinero responsable”, capaz de producir lo que necesita y de cuidar de la gran fuente de la vida de la humanidad.

 

Como lo señala el Papa Francisco en la encíclica “Laudato Si” al hablar de la “casa común” (la Tierra), debemos seguir educándonos, reflexionar y accionar para  que diariamente hagamos realidad que “la tierra que recibimos pertenece también a los que vendrán”. 

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