Parece que llegó el día "de Colada"

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Allá, por el Programa N° 30, titulé a la columna “¿La Argentina tendrá alguna vez su día de colada?”, y haciendo referencia a ello señalé un párrafo de la conferencia que el doctor René Balestra brindó a un auditorio que escuchaba su balance de los 200 años de historia de la Patria.

 

Por entonces, Balestra decía: “En 1972, el Premio Nobel de Literatura fue otorgado al escritor alemán Heinrich Böll. Los escritores que reciben este galardón utilizan la oportunidad y la coyuntura para hablar de la poesía, de la gramática, del estilo. Böll propuso un tema, en principio, absurdo: “Elogio de la tabla de lavar”. En español, cuando la familia hace un día de lavado general, se denomina “colada”. El día de colada se lava toda la ropa sucia.

 

Heinrich Böll, en ese discurso ante el rey de Suecia, dijo: “Soy de Colonia, una ciudad alemana a orillas del Rin. Desde pequeño me llamó la atención que en mi casa flotara un día a la semana una cantidad de ropa de distintos colores, que parecían banderas agitadas al viento. Pero no sólo me fascinaba ese espectáculo, sino que veía que por el Rin, subiendo y bajando, en esos barcos también ese día ejercían la colada. Yo veía pasar esos barcos con prendas innombrables y siempre creí que lo que me conmovía era ese fenómeno estético. Creía que me conmovía el color, el movimiento de esas prendas al viento; pero ahora que soy grande me doy cuenta que lo que de verdad me ha conmovido es la milenaria costumbre de la humanidad por desprenderse de la suciedad…”

 

En nuestro país, en nuestra querida Argentina, parece que llegó el día de colada. En los últimos días estamos asistiendo a hechos que creía que nunca iba a ver, por caso, el desfile de funcionarios públicos y algún que otro sindicalista con rumbo a Tribunales y luego a la cárcel, aun cuando es de modo preventivo. Faltan muchos más –sean políticos, funcionarios públicos, sindicalistas y/o empresarios- que se sumen a esta lista que ha comenzado a ocupar celdas en algunos penales federales, en virtud de un “despertar” de la Justicia. También habría que comenzar a escarbar en este Poder para sacar a luz por qué no investigaron a fondo antes, por qué especularon y hasta encubrieron causas, por qué no tuvieron el coraje y la dignidad propia de su investidura.

 

Refloto conceptos del filósofo de la libertad Benedetto Croce: “Nuestra conciencia humana nos grita que en ningún caso es lícito ser desleal ni cometer delitos; que no hay una moral pública y otra para el paseo; que no es posible hacer el mal para lograr el bien, como si bien y mal fuesen mercancías de intercambio; que las manos deben conservarse limpias; que la calidad del medio y del fin no debe ser opuestas”.

 

Mi deseo es que se haga Justicia de una vez por todas, pero a la vez recordar a mis conciudadanos que tenemos la obligación ética y moral de respirarles amorosamente en la nuca a nuestros representantes, sean éstos concejales, intendentes, legisladores, gobernadores o al mismo presidente de la Nación, para que nunca más nos ocurra lo que ha pasado en la última década. El día de colada ha llegado a la Argentina y parece que no será de 24 horas…

Escribir comentario

Comentarios: 0