Los integrantes de la Asociación de Productores Agropecuarios de Villa Iris y Zona compartieron una cena, permitiendo esta reunión analizar todo lo que dejó la séptima muestra.
Una Comisión que logró convertirse en una familia, donde puede haber diferencias, claro, pero de frente mar las cosas se arreglan, se dicen, se tratan, con discusiones seguramente en el medio. ¿Y después? todos tiran del mismo carro, se arremangan, porque lo importante es la institución, así de claro.
El grupo de trabajo se volvió a reunir para realizar un cierre informal de la séptima muestra.
La Asociación de Productores Agropecuarios de Villa Iris y Zona cumplió con otro ritual. A la semana de finalizada la séptima muestra, se juntaron sus integrantes, pero como el acontecimiento era el sábado, la familia también acudió a la cita, ya que hubo mujeres y también hijos. En un clima distendido se dio a conocer a grandes rasgos, los resultados desde lo organizativo, un adelanto del balance económico y porque todo tiene una dinámica importante, en la charla se empiezan a entremezclar el hoy con el mañana, porque la octava edición ya comenzó también a delinearse.
Los miembros de la Asociación ya comienzan a proyectar la edición 2018 de la exposición.
Una picada y un buen asado (con los cocineros oficiales Mario y Roberto) las anécdotas, los comentarios (a favor y en contra) los detalles, todo forma parte del “orden del día” de dos jornadas, que como siempre pasa, con el correr de los días algo más se suma.
Una bien tendida mesa sirvió como excusa para disfrutar un grato momento.
Lo primero es la familia era el slogan de una comedia dominical donde Guillermo Francella, era el principal actor, frase que seguramente es aplicable a esta institución que se ha sabido ganar un lugar de preponderancia no solo en el distrito, también en una amplia región.
Escribir comentario