Un país generoso para un sistema perverso

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Están ahí, todos las tenemos y sin embargo, en un país que se retuerce una y otra vez en un pasado vergonzoso, en una historia de la que absolutamente nadie se hace cargo, todos compartimos la mochila, llevamos la carga y la padecemos sin reaccionar, sin entender que hasta que no pongamos los puntos sobre las “ies” seguiremos a la deriva, en cuestiones de lógica social y jurídica. Estas son, algunas de las muchas preguntas, que todos queremos hacer.

 

Para qué tenemos un sistema judicial en un país donde no hay jueces  dispuestos a hacer cumplir las leyes? En qué momento nos convertimos en lo que somos, en donde todos somos inocentes y culpables a la vez y nada, absolutamente nada, nos hace reaccionar. Vivimos situaciones ridículas hasta el hartazgo, viendo como un juez, le toma declaraciones a un encapuchado que no permite que se allane, una supuesta tierra sagrada. La sola imagen de por sí, es una burla a cualquier sistema judicial, donde deberíamos, manejarnos con identidades que dicta, un tal “DNI”.

 

Cuando se habla de derechos humanos, a qué nos referimos? Desde cuando se tiene derechos sin identidad y con un palo en la mano o arrojando piedras? Cuál es el límite entre una manifestación, un piquete, una supuesta “represión” y los delincuentes de todos los días? Por qué un agente de la ley tiene armas y no puede usarlas y un delincuente tiene libertad de hacerlo? Desde cuándo quién agrede es reprimido y quien intenta fomentar la ley es represor? Los resultados están a la vista, todos mienten, todos se ocultan todo, simplemente por no hacer a la vista de todos, lo que se debe hacer. Por Dios, que nos pasa?

 

Así vemos pasar las imágenes, donde decenas de candidatos políticos, están siendo procesados, investigados por la justicia, señalados por corrupción, por enriquecimiento ilícito y sin embargo, son libres de ser votados, son candidatos a diputados, a senadores, a ser representantes de una sociedad que no reacciona por nada y con nada. Y encima, ellos, acusan con el dedo, se mofan en entrevistas, se rasgan las vestiduras, se ríen de todos nosotros. Cambian de partido y de ideologías, con menos vergüenza que un jugador de fútbol. Al menos, estos últimos, no gritan los goles cuando cambiando de club, convierten contra su vieja camiseta. Estos tipos, ayer fueron de un partido y hoy destrozan al mismo partido, que ellos crearon!! Realmente créame, los Argentinos estamos recibidos de idiotas. Hablan una y otra vez de los fraudes electorales que ellos mismos convirtieron en bandera, choripán y coca en mano. Mientras que por lo bajo, ninguno se atreve a destruir las listas sabanas, a desterrar el primitivo método de meter papelitos en una urna un día domingo, de usar nuestros recursos para sus campañas. Cómo es posible que yo tenga que pagar de mi bolsillo una campaña, para que una persona rica, dueña de una cadena de hoteles multimillonaria y claramente obtenida de su gestión en el estado, obtenga sus votos con plata de nuestros impuestos????? Cuán grande tiene que ser esta burla que todos permitimos? Lo dije y lo repito: las campañas se las deben bancar los propios políticos y de donde saquen la plata, no es mi problema. Acaso alguien cree que no se deben cientos de favores? Que el narcotráfico, los empresarios, las mafias, todos no ponen plata hoy en día para ello? Que lo hagan en su totalidad y fin del asunto, por dios, no seamos tan hipócritas, igual lo van a hacer porque aquí, claramente, no existe la justicia!!!!.

 

No me creen? Me pregunto, alguien factura las campañas? Se sabe cuánto, en que se gasta y si sobró plata? Nada, es parte del combo que la supuesta justicia electoral, nos regala cada dos años, de hecho, sospecho claramente que las elecciones son continuas, para poder solventar un sistema político enfermo.

 

Argentina es un país generoso, no lo duden. Es generoso con los delincuentes, es generoso con quienes participan del sistema político, es muy generoso a la hora de las licitaciones, los empleos estatales – todo el mundo pide empleo público…y quien lo paga’-, es recontragenoroso con la justicia y el sistema judicial en su conjunto donde los abogados se rasgan las vestiduras cuando se habla de corporaciones…tan idiotas parecemos?. Y este país, es muy solidario con funcionarios, que jamás renunciarán y que nadie hechará, con extranjeros que están llenos de derechos que nosotros no tenemos, con evasores que viven riéndose de los que estamos al día, con narcos que está prohibido derribar sus aviones por dar trabajo genuino y con quien sea que se dedique a obrar fuera de la lógica. Para el resto, la generosidad, tiene un alto costo. No se trata de pesimismo, se trata de realidades en su máxima crudeza. El desafío, por ahora sigue siendo, poder creer en uno mismo.

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