Construir hoy el futuro

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

 

“Los alambrados de nuestros campos tienen límites porosos hacia la sociedad”. El concepto, que pertenece al doctor Emilio Satorre, un reconocido docente de la Universidad de Buenos Aires, señala a los productores que el viaje hacia el futuro de sus empresas agroalimentarias estará condicionado no sólo por la cantidad, calidad e inocuidad de los alimentos que produzcan, sino también por la relación con las comunidades. 

De allí la necesidad de tener con esas comunidades una eficaz comunicación, y, para ello, hay que te-ner una buena historia para contar y respaldarla con el ejemplo.

Menuda tarea es la que se cierne en el presente y en el horizonte agropecuario. Ser productor agroali-mentario no es tarea fácil pues ya no existe zona de confort donde refugiarse. Es una labor que día a día requiere de expertiz, es decir, pericia.

Hace una semana estuve participando de un encuentro de técnicos que promueve ACA, y donde se analizó el futuro de los bionegocios cooperativos y su relación con las Buenas Prácticas Agropecua-rias. Y, a medida que se sucedieron las exposiciones, todos pudimos tomar dimensión que el futuro ya se está construyendo, que es tangible, y se proyecta hacia delante de la mano del asociativismo.

Ya lo indica el doctor Roberto Bisang, un especialista en bioeconomía, que esta vez la República Ar-gentina está on-line con aquellos países que ya vienen actuando en cuestiones de bionegocios, sobre todo en el cracking del maíz, donde nada se pierde, sino que todo se transforma.

Este criterio lo viene aplicando la Asociación de Cooperativas Argentinas con producciones asociativas sustentables en lo económico, social y ambiental. Los ejemplos están a la vista: ACA Bio, en Villa María (Córdoba), donde se muelen anualmente 380 mil toneladas de maíz, para extraer bioetanol; DDGS, Burlanda, Dióxido de Carbono, aceite y cogenera energía eléctrica propia. El Criadero de Cerdos Yan-quetruz, establecimiento productivo de carne de cerdo y de bioenergía, en base a maíz y biomasa; a la vez que con esto último resuelve un tema crucial: el ambiental. Los cuatro biodigestores, alimentados con los purines de los cerdos y biomasa, generan 1,53 Mega watios/hora, para consumo interno y pa-ra vender energía al Sistema Interconectado Nacional; mientras que los biofertilizantes que se desa-rrollan durante el proceso (aguas ricas en Nitrógeno, Potasio y Fósforo) son distribuidos en los cam-pos que ACA posee cercanamente.

Concatenado a ese emprendimiento, en el frigorífico Alimentos Magros de Justiniano Posse –donde se faenan los cerdos de Yanquetruz- en breve comenzará a funcionar una planta de trigeneración de e-nergía en base a subproductos de la industria, denominado “mucanga”, de escaso valor energético, para producir electricidad, agua caliente y frío.

En estos días, también se puso en marcha en Cañada de Gómez, Santa Fe, una planta de Recupero de Residuos Plásticos, ligada a las Buenas Prácticas Agropecuarias, pues asumiendo la responsabilidad social que le incumbe, ACA recuperará 6 mil toneladas de plásticos en bidones y silos bolsa que anualmente lanza al mercado.

En este encuentro realizado en Rosario, el director de Insumos Agropecuarios e Industrias de ACA aunó los tres emprendimientos con un ejemplo que pinta de cuerpo entero que el futuro ya se está construyendo en el presente. El contador Víctor Accastello señaló: “Concurrimos a un restaurante en nuestro vehículo a nafta con E12 (12% de corte con bioetanol) de ACA Bio. De todos los autos nafteros de Argentina, uno de cada 60, todos los días del año funciona con etanol de nuestra planta. El restau-rante se alimenta con energía proveniente de Yanquetruz y si pedimos un bife de cerdo, también es producido en ese criadero. Acompañamos la comida con un agua gasificada con dióxido generado por ACA Bio y degustaremos un helado, derivado de la leche de una vaca alimentada con la Burlanda de nuestra planta etanolera. Los residuos serán colocados en una bolsa, confeccionada con el plástico recuperado de la planta de Cañada de Gómez. Nada se pierde, todo se transforma”.

Sin lugar a dudas, el futuro se está construyendo hoy…

 

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